Diez propuestas,
para una mejor política agropecuaria
Diez medidas para comenzar a recorrer el camino inverso del monocultivo de soja inducido, volviendo a la chacra mixta, preservando los
volúmenes productivos y los saldos exportables, garantizando el abastecimiento
interno a precios razonables , ayudando a desmonopolizar la cadena alimentaria
de la nación y consumando una contribución seria al combate antiinflacionario.
Apuntalando la inversión público-privado; optimizando los esfuerzos y esperando resultados que redunden en beneficios
para toda la comunidad y no de sólo un pequeño grupo concentrado. Reitero, es simplemente un aporte al debate, son
medidas que actúan sobre la coyuntura, no tienen costo fiscal excesivo -podríamos decir que neutro-, y son relativamente
fáciles de ejecutar. Además, tienen con seguridad, un enorme retorno social y económico a corto plazo.
1- Fideicomiso con devolución de RETENCIONES.
Para la diversificación productiva y agregación de valor en origen. El objetivo
es generar un fondo rotatorio que ayude a los pequeños y medianos
productores a la diversificación (no confundir con rotación) de su producción, agregando valor
en origen y que generando empleo decente, arraigo y ocupación del espacio
geopolítico de la nación, algo que paralelamente, aumentaría la oferta en cantidad, calidad y
diversidad de la producción y elaboración de productos alimenticios, destinados
al mercado interno, así como los saldo sobrantes a la exportación. Por y para eso, es que ideamos este fondo, donde los
beneficiarios pagarían el crédito tomado, con devolución
de retenciones, orientadas y dirigidas, hacia proyecto productivos, que cumplan
los requisitos establecidos, de hasta 10.000qq por productor.
Fondeo:
el mismo se capitalizara, por parte del Estado, con un porcentaje fijo de las
retenciones a la soja -no menor al
5%, de la campaña precedente- y/o con fondos de organismos internacionales,
no condicionantes, como pueden ser los del FIDA, FAO, u otros.
Administración: será administrado por
un ente público mixto, con participación y control social.
Beneficiarios:
Podrán ser beneficiarios productores individuales, cooperativas y sociedades
comerciales de todo tipo, en los últimos casos se sumaran las devoluciones, de
acuerdo a la cantidad de socios contados individualmente, para la cancelación
del crédito.
Operatoria:
una vez aprobado el crédito productivo del fideicomiso- que puede cubrir de
hasta el 70% del proyecto-, recibirán un certificado de devolución de retenciones
equivalente de hasta los 10.000qq por
productor, que irá -directa e
íntegramente- a cancelar la cuota parte crédito que tomó el beneficiario del
proyecto del fideicomiso, eliminando TODO
TIPO DE DEMORA, INCONVENIENTE O SOSPECHA DE
NO DEVOLUCION, YA QUE LA CUOTA A PAGAR ESTA “ATADA” a la devolución de la
retención. A) Los beneficiarios deberán
tener como obligación ineludible invertir en las zonas rurales y/o en
poblaciones menores de 5000 hab, a fin de garantizar los objetivos manifestados; B) deberán crearse unidades de asesoramiento
de armado de proyecto y facilitación de acceso a los fondos, en el ámbito del Banco de
la Nación Argentina, autárquicas y autónomas, descentralizadas administrativamente,
con asiento físico en el interior profundo y productivo; c) Convenir, capacitar
y descentralizar, la tarea de relevamiento y reclutamiento de interesados, en
comunas, municipios y entidades intermedias; D) en la evaluación de los
proyecto, deberá tenerse esencialmente en cuenta la viabilidad económica del
anteproyecto, independientemente de los análisis financieros del o los solicitante.
Será requisito indispensable que la fracción donde se asiente el proyecto esté
libre de gravamen; E) se incorpora al Inta, el Inti y las universidades públicas
a las unidades de asesoramiento y evaluación; F) el fideicomiso podrá subsidiar
tasas y/o eventualmente garantizar
proyectos, o incorporar al esquema
Sociedades de Garantías Reciprocas, siempre y cuando sean protagonista pequeños
y medianos productores.
Estos
son puntos gruesos -a grandes rasgos- de este esquema, que consideramos
novedosos. El mismo operaría de hecho, como una segmentación de retenciones,
poniendo mucho énfasis en la localización
geográfica del proyecto y ayudando a generar una ocupación más racional del
territorio que impactaría, como un freno importante, a las migraciones rurales descontroladas, ya que propendería a la
inversión donde está el problema, en el interior profundo. Diversificación productiva, con agregación de
valor y devolución de retenciones (orientadas), no es poco para empezar, los detalles están a disposición de quien los requiera.
2- Creación de un fondo federal agropecuario
para la reconversión agroecológica de las franjas periurbanas impedidas de
fumigar. Estos es imprescindible y no se puede postergar más en el tiempo, ya
que todos los días están saliendo fallos y disposiciones sobre el impedimento
de fumigar en las franjas y nadie se ocupa de qué hacer con esos productores
(pequeños y medianos), ni de esa tierra. Este fondo debe integrarse
esencialmente con recursos provinciales provenientes del impuesto inmobiliario rural,
y de fondeos internacionales, como los
del FIDA, o el Banco Mundial, o cualquier otro gravamen que se cree, como puede
ser el impuesto al latifundio; deberá
estar
destinado exclusivamente a la reconversión agroecológica de pequeños
productores que se orienten su producción desde otros parámetros. También
deberá incluir los fondos necesarios para la capacitación de los productores.
3- Fortalecimiento
de los mercados locales o de cercanías, desalentando el traslado de alimentos y mercaderías a través de grandes
distancias, por todos los problemas que este tipo de logística genera -tanto en
los costos económicos como ambientales,
que los termina pagando el consumidor-. Propender a los consumos de la comarca, es el objetivo a conquistar. Y
esto requiere de un complemento indispensable como es la construcción de mercados
populares en toda ciudad mayor de 100.000 hab. Con un esquema de operatoria similar
al del Mercado Central. Y que reproduzca en todo el país un proceso
parecido al de los parque industriales,
que tienen su propio registro, el RESPI (Registro Nacional de Parque Industriales)
y cuentan con fondos especiales para hacer -o mejorar- la infraestructura. A) liberar el expendio de leche cruda en poblaciones menores de
5000 habitantes; b) incentivar las plantaciones
de frutas y hortalizas en las franjas mencionadas en el punto 2, así como en terrenos
ferroviarios, baldíos y banquinas de nuestros poblados rurales y ciudades.
4- Creación del Instituto de Colonización Agraria.
Por ley, como ente autárquico, con fondeo nacional e internacional ( emitir una
serie de títulos públicos con el objetivo de capitalizar al instituto, Cédulas
Hipotecarias) que intervenga en el mercado de tierras, al estilo del Instituto
de Colonización del Uruguay; que compre, parcele y entregue, con fines estratégicos
,vinculados con la soberanía y seguridad alimentaria de la nación, destinado especialmente
a hijos de chacareros, peones rurales, técnicos y profesionales vinculados con
la actividad agropecuaria.
5- Sanción de una ley de arrendamiento y
aparcerías rurales. Ya ampliamente difundida y con varios proyecto con
estado parlamentario, la norma que se sancione para ser efectiva deberá
contener esencialmente límites a los arrendamientos en cuanto superficie y promoción
impositiva del arriendo para los
agricultores familiares.
6- Sanción de la Ley de Compra Pública para la
agricultura familiar, con porcentajes fijos, similar a la que existe en el
Brasil, donde el 30% de las compras del estado brasileño para sus programas
sociales, debe adquirirse a la Agricultura Familiar. a) Debe incluirse en la ley, la protección de determinadas actividades para la agricultura familiar, como por
ejemplo: cunicultura, porcinocultura familiar, la lechería, etc. Esto tiene que
ver con defender la seguridad alimentaria de la población y evitar las
prácticas monopólicas, ya que es muy riesgosos que actividades estratégicas
para el consumo -como la leche- quede en manos de algunas pocas empresas.
7- Debe discutirse en el parlamento una
legislación antimonopólica, que impida la integración vertical de las empresas
fundamentalmente en el área de los alimentos, similar a la que rige en los
EEUU. Se debe garantizar la libre
competencia que evite posiciones dominaste y permita que los mercados se
expresen con fluidez. Defensa de los mercados de referencias.
8- Fortalecimiento de la educación rural y
técnica, creando especialidades para la agricultura familiar. Con salidas
laborales vinculados a los proyectos antes mencionados.
9- Impuesto al latifundio. Convocar al
consejo federal agropecuario y consensuar una norma que grave a toda extensión
de tierras mayor a las 5 unidades
económicas. Los fondos de este impuesto deben aplicarse esencialmente para proveer de recursos a lo que expresan el punto 2 y 4.
10- Control
de precios a proveedores de insumos, fabricantes de máquinas agrícolas y herramientas, así como a la “repuestería”
en general. Este tema es central para el correcto funcionamiento de la
política de sustitución de importaciones, ya que muchos empresarios
inescrupulosos aumentan desmedidamente los precios perjudicando esencialmente a
los productores-consumidores de máquinas y
repuestos, quedándose -los fabricantes- con buena parte de la
rentabilidad de los chacareros y encareciendo artificialmente los insumos, que
luego se trasladan a los precios que pagan los consumidores, es decir el PUEBLO.
Esto es un conjunto
de ideas, que deben ser parte de un programa
integral cuyo costo fiscal es mínimo -como dijimos al comienzo-, y que además,
incluye ítems concretos de generación de nuevos recursos tributarios, como la
ley de impuesto al latifundio, así como la reorientación de otros. Pero sin
dudas, el impacto sobre el empleo y la oferta de alimentos será muy grande y contribuirá
a aflojar las tenciones inflacionarias en el sector de los alimentos; tensiones
que tienen que ver con la concentración de la oferta y la falta de inversión.
Estas propuestas apuntan al corazón del problema y le incorporan pautas de distribución del ingreso y equilibrio
fiscal, sobre la base de que aporten los sectores más concentrados de las
actividades agropecuarias. Reitero lo que dije al comienzo, es sólo un modesto
aporte para comenzar la discusión de otra política agropecuaria, que esencialmente
cambie el centro: que pase de ocuparse sólo de volúmenes, a preservar los
volúmenes, agregándole a la vez, rostro humano, con sujetos agrario concretos,
que hoy están al borde de la desaparición.
Estas medidas, por último tienen un claro mensaje, en el
sentido de acotar la acción del mercado, en la orientación agrícola del país, para que sea
el Estado -a través de la política- el que conduzca el destino agropecuario, y no los grupos
concentrados que toman a toda la población como rehén de sus prácticas monopólicas.
Es la alianza formada por la sociedad, el Estado y los agricultores familiares,
la que debe protagonizar, orientar y
garantizar el abastecimiento de alimentos a nuestro pueblo -fijando la agenda
agrícola y quiénes son los que la ejecutan-, y no los grupos transnacionales y
sus voceros internos, que sólo buscan
una agricultura de volumen al servicio de la rentabilidad empresarial transnacional, despreocupándose, en
forma absoluta, de la seguridad y soberanía alimentaria de la nación. Aclaro -para
los “apurados”- no es un plan, sólo son medidas de coyuntura, para comenzar el
debate, fáciles de aplicar y que, si se “trabajan bien”, tendrán el consenso de
la mayoría del pueblo y del 80% de la
clase política. Se opondrán los sectores concentrados y sus voceros locales, que
sólo saben vociferar, libertad de mercado, libre comercio, menos Estado, menos
impuestos (y que pague igual el que tiene 50 hectárea que el que tiene 5.000).
Añoranzas de un mundo que ya no existe, pero que, en la Argentina actual, anidan en la cabeza de un reducido, pero
poderoso, grupo de nostálgicos;
librecambistas, algunos, y por suerte
los menos, con desvaríos golpistas.