Una extraña dictadura
Portada del libro de Forrester, que "robamos" para titular la nota. Magistral descripción del liberalismo económico y sus consecuencias. Altamente recomendable su lectura.
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Los términos del debate agrario muestran hasta qué punto el
neoliberalismo ha colonizado a amplios sectores gremiales y políticos de
nuestro país. Les impone discutir bajos sus parámetros, en una auténtica dictadura de agenda –obsesiva-,
sobre los volúmenes producidos y les marca con rigurosidad de ficticia
academia, quiénes deben ser los sujetos dominantes de la producción, qué se
puede producir y cómo. Al mismo tiempo, ponen al campo como un todo y al
volumen -sin rostro- como el objetivo excluyente. En recientes notas decíamos
que existía neoliberalismo residual o expreso en todo el continente político
argentino y que, en el tema agrario, la división se daba en forma horizontal y
no transversal, que sectores oficiales de la FAA, porciones del ruralismo, la Mesa de Enlace, opositores y
medios de comunicación concentrados opinan con fervor militante sobre las
ventajas de seguir produciendo sin productores, sobre la base de la eficiencia concentrada;
y del otro lado, Movimientos Sociales, oficialismo, opositores , parte de la
FAA y del ruralismo enfrentan esa concepción volumétrica como única medida de
la actividad agropecuaria, y proponían otra agricultura, con rostro humano como
parte del campo nacional y popular. No nos equivocábamos en nada, para botón
basta una muestra. Tomemos como ejemplo, el debate que se suscitó alrededor del anuncio del gobierno de la cosecha record
de 105 millones de toneladas. La respuesta partió de la barra brava del libre
mercado: Luis M. Echeverri, presidente de la SRA, Jorge Solmi director titular
de FAA y Héctor Huergo, el más lúcido vocero del monocultivo inducido con
concentración de tierras y rentas, se sintieron heridos, que le robaban una
bandera que es de ellos, sólo de ellos. Pareciera que la disputa es por ver
quién “aguanta más los trapos” del liberalismo económico. Ambos, Gobierno vs. Mesa de Enlace y sus voceros, discuten en los
mismos términos, los que le fija el discurso neoliberal y acá el que está en el
lugar equivocado, sin dar con el tono adecuado en el discurso, ni en el blanco
con la acción de gestión, es el gobierno que se reivindica de progresista.
El gobierno anunció con la lógica descripta las 105.000.000
TN, lo puso como el punto más alto de su gestión, diciendo: “¿crisis agrarias? No es cierto. Miren el
volumen”. Como si éste fuera un número neutro, sin desagregar adentro -cuanto
lo produjeron-, cómo y adónde y con qué
esquema productivo, etc. Y salió a la
cancha a responderle, la pluma principal y única que -a cara descubierta-
defiende la década del 90. El increíble y talentoso (porque hay que ser
increíble y tener talento para defender los ‘90) Héctor Huergo, exhumando un
libelo ultra liberal de hace 30 años (
ver Clarín Rural del sábado 3/8/13), que aparte de ser una apología a la destrucción de la chacra
mixta y de la concentración económica, fue escrita por los fundadores de los
primeros pools de siembra que tuvo el país. Haciendo memoria recuerdo bien
aquellos tiempos de los ochenta, el debate agresivo contra la chacra mixta y la
burguesía agraria, pequeña y mediana, que era la que llevaba adelante la
producción por aquellos años, contra el Estado y a favor de las
privatizaciones, fueron y son ese tipo de aporte intelectual, destinado a colonizar la cabeza hueca de ideas
nacionales de buena parte de la dirigencia política nuestro país, y que nunca
se hacen cargo de los efectos nocivos que genera la agricultura buitre que proponen. Pareciera que es neutra; migraciones, concentración,
monocultivo, abandono rural, etc., para ellos, no existe, no figura es su
agenda y si sucedió -como sucedió- no es por lo que hicieron y cómo lo
hicieron, sino fruto de alguna maldición
bíblica. Uno los escucha y se termina “compadeciendo” por el sacrificio de
hacerse millonario en beneficio de la patria; lo de ellos nunca tiene consecuencias, es aséptico. La verdad, que consiguieron sobradamente su objetivo: primero
aflojaron a los radicales que le abrieron de par en par las tranqueras del
debate, recordar: “economía de guerra, privatizar el crecimiento, las
privatizaciones periféricas, el acuerdo con SAS, Telefónica, los capitanes de
la industria, etc.”; y después con Menen
y Cavallo pusieron todo el bagaje neoliberal a funcionar a pleno y sin restricción, ni inhibiciones. Neoliberalismo
puro. Cero retenciones, privatizaciones,
dólar único (con un atraso sideral), libre importaciones, etc. Resultado: un
auténtico desastre. Desaparecieron
103.000 explotaciones, 12.000.000 hectáreas hipotecadas, pulverizaron
más de 700.000 puestos de trabajo, dejaron 600 pueblos al borde de la
desaparición y llenaron de pobreza rural migrada, todos los contornos de las
grandes ciudades. Dios mío, ¿eso es el éxito?… ¡Socorro! Por favor, no piensen más
en nosotros, déjennos solos, que nos va a ir mejor. Y encima, se jactan del salto de 47 a 73
millones de toneladas del 96 al 2001, y dicen que por el precio lleno -sin
precio lleno-, con retenciones del 2001
al 2013 llegamos a las 100 y pico de millones, y van por más. La diferencia
está en la incursión de la ciencia y la técnica en la producción agropecuaria,
de la apropiación de la plusvalía que esto género, y poco tienen que ver las
retenciones… Pero además, Huergo piensa que no vivimos, vimos, sufrimos y
enfrentamos los noventa… defender a los
noventa en lo económico, es equivalente a defender a la dictadura, en lo político.
Tambo La Resistencia recuperado por el Movimientos Giros de las garras de la especulacion inmobiliaria,en Nuevo Alberdi..Rosario, un ejemplo militante. |
Pero lo que quiero remarcar no es específicamente los por qué
de la explosión en toneladas, ni lo que paso en los noventa, sino los términos
del debate agrario, hoy. Por un lado, el gobierno jactándose de los volúmenes,
del otro Huergo, Echeverri, el Presidente de la Rural descalificándolo,
diciendo que no son 105 millones de TN, y Jorge Solmi, director de FAA, diputado provincial por Francisco De Narváez,
hoy candidato de Sergio Massa y Presidente
del poderoso distrito 7 de la FAA, dijo
en Tres Arroyo (ver La Voz del Pueblo, 2/8/13, Tres Arroyo) lo mismo que
Echeverri y Huergo, cuestionó también el
volumen y en los mismos términos: que no
son 105 tn, que están mal contadas, que
son menos por esto o aquello. Es una carrera para ver quién plantea la cuestión
agraria en términos más liberales y en favor de los sectores dominantes, nadie
desde allí, salta la agenda que imponen los grupos concentrados, son absolutamente funcionales a
un discurso y una acción que termina por liquidar lo poco que queda de la burguesía rural chacarera auténtica. Debaten,
discuten, se pelean por cuanto produce
en números el modelo, pero no
discuten el modelo que nos está
dejando sin chacareros, ni diversidad productiva, ni pueblos, ni nada que tenga
que ver con la cultura y economía tradicional
de la burguesía rural agraria, que ocupó geopolíticamente el territorio.
Extraña dictadura. El título es “robado” del excelente
ensayo de Viviane Forrestier sobre el
neoliberalismo, una descripción magistral del dogma de una autorregulación
llamada economía de mercado , que es un verdadero fiasco, “el ultra
liberalismo, que rige la globalización y la explota en detrimentos de las
grandes mayorías. Esta dictadura sin dictador, no aspira a tomar el poder sino
a dirigir a quienes lo ejercitan…”, continúa
Forrestier: “La dictadura consiste
en instaurar este orden mágico que le permite imponer como solución única y
eterna la que ella prefiere…” y sigue más adelante… “la función de los
dirigentes políticos no es proteger una situación contra las reacciones de
quienes la padecen sino proteger a estos de aquellos”. Por eso el debate debe
cambiar. Debemos salir de la dictadura del ultra liberalismo al que sólo le
importa el volumen y no quiénes lo producen y cuántos; fija a su antojo los términos de la
discusión y nos impone las soluciones -únicas y mágicas- que
producen auténticas hecatombes sociales; y eso no significa que no queremos cosechar más,
nadie siembra para sacar menos, siempre pensamos en lo más, que se pueda, y con toda la música que hace falta. Lo que
queremos decir, es que estamos hartos “de ir al almacén con el libro escrito
por el almacenero”, hay que cambiar los términos del debate, hay que empezar a
discutir lo agrario en términos de conveniencia del pueblo, de los auténticos
chacareros, de la patria, en favor de
todos. No subestimamos el volumen, pero lo más importante es quiénes lo producen
y quiénes lo consumen, cómo lo hacen, dónde lo hacen y en qué condiciones. No
hay monocultivo bueno, por más que genere volumen y ayude a las cuentas fiscales, como no hay concentración buena.
Diversificación y distribución con rostro humano, ése es el camino…… hacia allí
debe enfilar el debate y la acción.
Salud y cosechas
Pedro Peretti