Aapresid: La Misión
No sé por qué, me hizo acordar a una representación bélica, a la de un grupo de soldados derrotados, rindiendo su
espada y aceptando las condiciones del
vencedor. Se me metaforizó la escena, cuando vi la entrega de las demandas -elaboradas por Aapresid y co-asociados- a los
funcionarios públicos presentes en el congreso 2014, que parados en fila, como
alumnos resignados, recibieron las recetas que deben aplicar, que no son otra cosa que el pliego de condiciones y demandas al Estado, para su -entero y exclusivo- goce y beneficio. El evento denominado
“modestamente”, La Misión. ¿Qué tal? Es
como recibir un mensaje celestial o tener él
teléfono de Dios, aunque el único Dios que adoran allí, es el “Dios del mercado”, ¿o no? (así no hay cosecha que falle). Como si fuera una tarea impuesta por voluntad
divina, para catequizar a infieles
ciudadanos, apóstatas y desagradecidos de todo lo bueno, que nos prodigó y nos prodiga
el neoliberalismo agrario. Francamente, de un mesianismo y soberbia difícil digerir para cualquier espíritu
democrático y pluralista. Y después de semejante arrogancia, se quejan de que
el campo comunica mal o la sociedad no los quiere.
La puesta en ensena
no le fue a la saga, lo decía todo. El hecho de hacer subir de uno, en fila, a
los patovicas del liberalismo agrario vernáculo, para “arrinconar” en la
entrega de tareas para el hogar, a los representante del Estado, era una
metáfora perfecta, pero muy incómoda para ellos; y la verdad poco recomendable
a la hora de buscar conceso social, o comunicar extra sector. Allí la
presidenta de Aapresid, la atractiva Pilu Guiraudo, hizo subir a toda la barra
brava del neoliberalismo agrario para entregar a los funcionarios públicos,
tres documentos elaborados por: La Mesa de Enlace, El Foro de Convergencia
Empresaria y las cuatro Cadenas agroalimentarias. Un compendio de ideas, sugerencias y demanda de acciones, que no significan otra
cosa que “más de lo mismo”, o sea: la
rendición incondicional del Estado
frente al neoliberalismo agrario.
Es lo que ellos demandan a la política,
para seguir “siendo felices” y que la fiesta la paguemos todos los argentinos. Ésa parece ser la misión: que ellos “la junten con
pala” y los ciudadanos de a pie, le paguen los costos. El congreso finalizó,
sin una sola mención de condena a: 1) las deforestaciones masivas; 2) el monocultivo;
3) las fumigaciones indiscriminadas; 4) las migraciones de productores; 5) a la
agricultura sin agricultores; 6) el cambio climático; 7) la concentración de
tierras y rentas… ¿De qué sustentabilidad se puede hablar, sin hablar de estas cosas?.¡¿De qué
sustentabilidad?! Me pueden explicar, por favor, sólo de las mega empresas, y sus intereses, ¡de esa
sustentabilidad, de otra no!... Que la verdad, no es, ni le sirve a nadie; excepto al puñado de mega
plantadores de soja, al servicio de las transnacionales de granos. La presencia
de Eduardo Buzzi, entregando el documento merecería un capítulo especial, de
este personaje circense, que sin duda ha perdido tanto la vergüenza como el rumbo, y tiene el tupé de hablar de chacarecidio, o lanzar anatemas, vacuos,
incendiarios, denostando a compañeros
con años de lucha en favor de la agricultura chacarera, seguro que fue allí con la vara de medir
progresista truchos, y se encontró a sí mismo, o a explicar la AFEPA, o la
reforma agraria, o para hablar de la intervención del Estado en la economía…¡Andá!
Salud y cosechas
Pedro Peretti