domingo, 24 de agosto de 2014

Un Proyecto preocupante y poco Socialista.

  Preocupante -por supuesto desde mi punto de vista-,  es el expediente 5679-D-2014,
La parte de la fundamentación donde
dice que todos los productores son iguales.
¡El neoliberalismo presente en todos lados!
firmado por la totalidad de los diputados nacionales integrantes del Bloque Socialista -excepto Hermes Binner-, titulado “Reducción de alícuota de IVA en semilla y productos fitosanitarios”. El mismo, busca esencialmente, la convergencia de todo el IVA del sector en el 10,5% ya que, como detalla el proyecto, hay productos gravados con el 21 %, como los fitosanitarios y semillas, y otros con el 10,5%, y los baja a todos al 10,5%. Todo en nombre de los pequeños productores, pero con terminal y beneficios en los grandes productores y vendedores de insumos.

  Pero si  el proyecto es en sí mismo preocupante, la fundamentación lo es más. Y se torna  absolutamente inadmisible, desde el punto de vista ideológico, va contra los postulados históricos de los sectores progresistas, contra el socialismo, que siempre planteó el fortalecimiento de los pequeños productores como eje central de la política reivindicativa agraria y los límites a los grandes. ¡Nunca a todos por igual! El proyecto es una contribución innecesaria a la sojización -fuera de tiempo y forma-, que ayuda a consolidar, aún más, el modelo de monocultivo  inducido,  con concentración de tierras y rentas. Ya que no segmenta, ni diferencia por tamaño de explotación, a los productores que van a recibir los benéficos impositivos que propone,  y los pone a todos en la misma bolsa (algo que se criticó de la 125), trata iguales a los que son extremadamente desiguales, poniendo condiciones impositivas benévolas a los grandes productores; esto en nada ayuda a cambiar la matriz productiva de nuestro país, va en el sentido exactamente contrario a lo que necesitamos. Necesitamos, de verdad, que los pequeños productores de todo el país -y cualquiera sea su producción-, accedan  en forma diferenciada a las semillas y fitosanitarios para fortalecer su presencia en la actividad agraria frente a la agricultura concentrada. Bajando el IVA a todos por igual, no es la mejor forma de empoderarlos. Este proyecto sólo mejora las perspectivas de los grandes productores, los pone  en mejores condiciones, merced al poder de lobby de compra que tienen, ya que pueden comprar  por más volumen o importar directamente, y por lo tanto obtener bajas de precios, lo  que le permite expulsar a los chacareros más chicos o débiles, del uso y tenencia de la tierra. Necesitamos más calidad impositiva, discriminar positivamente a favor de los pequeños productores, no ponerlos en  la misma bolsa que los gigantes de la agricultura. La mejora de la competitividad de los chacareros, solo es factible en el marco de una política pública diferenciada, que segmente.  Las políticas planas, en el sector agropecuario solo contribuyen a más concentración… Son socialistas, no lo olviden, ¡reaccionen!

Breve panorama sobre lo que se pretende legislar

  No se puede pretender legislar sin tener en cuenta, en forma precisa, el universo productivo sobre el que se quiere operar; la cuantificación lo más estrictamente posible, de lo  que se quiere cambiar, es condición básica para hacer un proyecto serio… Dónde, cómo y  a quiénes se beneficia, o se perjudica, en este caso con la reducción de IVA, deben fundarse seriamente, hay que dejar el “más o menos” de lado y poner precisión. El principal segmento de fitosanitarios está dominado por los herbicidas,  con un 64% de la  facturación total,  de allí el Glifosato,  que es banda verde -como  casi todos los insumos para  la soja-, se lleva todos los premios, seguido por los insecticidas que representan un 16%, otro insumo básico al modelo, y después viene los fungicidas, cura semillas y acaricidas. El volumen global del mercado sin discriminar, sobre el que se va a operar la reducción que pretenden los señores diputados,  es  de 2381,16 millones de dólares/año. Todos datos de las cámaras del sector.
  Según el Ministerio de Economía de la Nación, Argentina tiene 73.000 productores de granos y sólo el 6% explican el 54% de la producción. O sea que 4380 productores producen 56.700.000 millones de toneladas de las 105.000.000, aproximada de la última campaña. La concentración en el mercado de semillas es aún, peor.
El proyecto original, el subrayado es nuestro, son los puntos más críticos del proyecto y la fundamentación.

Preguntas: a partir de los números descriptos anteriormente:
1) ¿Quiénes serán los principales beneficiados con la rebaja de IVA? 2) ¿En un mercado altamente concentrado como este, de semillas y fitosanitarios, que garantía hay que esos 10 puntos porcentuales lleguen a los productores más pequeños, con escasa capacidad de negociar precios por la falta de volumen y no queden en los balances de las transnacionales? 3) Todo sin control de precios, librado a la buena voluntad de transnacionales, como: Monsanto, Bayer, Dow Agro Sciencie, que van a incrementar la presión por más ventas y más soja, etc., 4) Ni una línea sobre cómo van a impedir que la rebaja impositiva se ejecute, y no vaya directo al precio de venta final, como utilidad adicional, 5) Y en el caso que el proyecto sea exitoso, se  fortalecerá con un 10,5% adicional a los 4380 mega  productores, lo que redundará en más liquidez y por ende, mayor concentración, 6) ¿Es tiempo para presentar un proyecto de este tipo? ¿Es la forma de hacerlo, o es un posicionamiento meramente electoral, para complacer a la derecha agraria?, 7) ¿No sería más lógico que un proyecto de esta naturaleza lo presente el PRO?
RESPUESTAS
  Como lo indica el más elemental  sentido común, los únicos que se beneficiarían son los mega productores, pools de siembra o sea, el 6% que produce el 54% de la producción, y las grandes compañías comercializadoras de productos primarios, y los importadores y vendedores de agroquímicos que los abastecen,  todas, pero todas,  integradas verticalmente. Y los pequeños productores, como siempre, la  verán pasar, por su nula capacidad de presión en base al  escaso volumen de compra que tienen ¿Es esto socialista o neoliberalismo encubierto? ¿SABÍAN TODOS LOS DIPUTADOS FIMANTES LO QUE FIRMABAN? NOTA: Es este el mejor ejemplo de qué decimos cuando decimos, que hay neoliberalismo  en todas partes. y que las propuestas agrarias de la oposición política al modelo K -especialmente aquellas que se identifican como de centroizquierda-, no le reclaman por  más progresismo, por cambiar  para que haya menos concentración y  favorecer a los chacareros o campesinos, ¡NO!  Piden más liberalismo, menos impuestos, menos regulaciones y para todos iguales, son como el canto del tero, gritan por un lado y ponen  los huevos en otro.  Hablan en nombres de los  pequeños, para favorecer a los grandes.

La fundamentación: peor el remedio que la enfermedad

Debemos decir,  para ser honestos, que la fundamentación del proyecto ayuda poco a comprender el problema, es confusa y contradictoria. No hace honor a lo mejor de la tradición parlamentaria socialista. Pero en parte es comprensible. Tener como maestros a J. B. Justo, a Palacio, Mario Bravo, José Ingeniero, o  Adolfo Dickman, por citar solo algunos, no debe ser fácil para nadie… pone la vara  muy alta. Pero un poco de enjundia  y dedicación en el estudio de la cuestión que se quiere tratar de  modificar  y las consecuencias que podría traer,  no vendría mal para nadie, especialmente para el/los, que lo propuso/sieron. Cuando un bloque minoritario como el socialista, con siete u ocho diputados sobre 257, presenta un proyecto, debe poner mucho énfasis en los fundamentos, pues el proyecto tiene nulas chances de sancionarse y la fundamentación entonces adquiere un protagonismo decisivo, incluso a veces más que lo que se supone, se transforma en un vehículo esencial para convencer, si no se puede sancionar; y permite  difundir el mensaje político que se quiere dar a la ciudadanía, en torno al tema. Por eso llama la atención, la desaprensión,  en un punto tan importante como es la fundamentación del proyecto; independientemente, de la discrepancia que tenemos con la presentación, una buena argumentación eleva la calidad del debate, para todos  y mejora la democracia.
  El proyecto en sí,  es contraproducente, pues tiende a consolidar el modelo de monocultivo inducido y no aporta para nada al cambio de paradigma productivo.  Pero la fundamentación es tan desacertada como liberal. En una de sus partes más destacadas, que  desbordada de neoliberalismo expreso en favor de las empresas, la propuesta dice: “Sin embargo en el convencimiento de que los actores, del sector agropecuarios son “todos iguales, tanto para organizar sus inversiones como en su capacidad de respuestas a las dificultades que con lleva su actividad cita textual, el subrayado es nuestro.
  Seguramente los firmantes no leyeron el libro del ex diputado socialista, Lisandro Viale, pues si lo hubieran leído no dirían -o escribirían-  semejante barbaridad. Cómo se puede igualar a un pequeño productor de la Pampa húmeda o  de las economías regionales, con un pool de siembra o con un estanciero. Es tan obvio, tan simple de entender, cómo se puede decir que son iguales para organizar la inversión Los Grobos que siembra miles de hectáreas que Juan Chacarero, que siembra 50, 100 o 200 hectáreas.  O decir que tienen la misma “capacidad de respuestas para las dificultades”,  uno que el otro. Es francamente una verdadera canallada.  Dicha por un liberal del PRO uno lo puede entender, pero por Socialistas... ¡Son Socialistas, che! Un poco de sentido común, y también de pudor y respeto por las ideas.
  Tenemos muchas objeciones más a la fundamentación, como que el gas oíl es uno de los principales costos de producción, o que según se fundamenta bajando el IVA a los fitosanitarios, eso  ayuda a  impedir las migraciones rurales y la concentración de rentas y tierras, cuando es exactamente al revés. Sólo ayuda a sojizar  y da más liquidez a los que quieren sembrar, lo que queda sin sembrar  de  soja. Eso no quiere decir que el país no necesite urgente una reforma tributaria que ponga énfasis en cobrarle impuestos a los que más tienen y no a todos por igual, y que haya convergencia tributaria sectorial, para evitar distorsiones que nos resten  competitividad, pero con diferenciación de tamaño del contribuyente  y progresividad impositiva, que es otra cosa, bien distinta. Si los que se busca es empoderar a los pequeños productores, no son las rebajas impositivas para todos por igual, el mejor camino. Son las políticas públicas diferenciadas,  construidas sobre la base del sentido común productivo, que se construye en el marco del debate político, económico y parlamentario de la Nación. Diferenciar, diversificar, segmentar, allí debe estar el acento socialista, eso es progresismo, no en las rebajas planas para todos por igual. Ahora si se piensa que la mano invisible del mercado lo puede resolver… estamos al horno.

 Salud y cosechas

 Pedro Peretti