Un Proyecto preocupante y poco Socialista.
Preocupante -por supuesto desde mi punto de
vista-, es el expediente 5679-D-2014,
firmado por la totalidad de los diputados nacionales integrantes del Bloque
Socialista -excepto Hermes Binner-, titulado “Reducción de alícuota de IVA en
semilla y productos fitosanitarios”. El mismo, busca esencialmente, la
convergencia de todo el IVA del sector en el 10,5% ya que, como detalla el
proyecto, hay productos gravados con el 21 %, como los fitosanitarios y
semillas, y otros con el 10,5%, y los baja a todos al 10,5%. Todo en nombre de
los pequeños productores, pero con terminal y beneficios en los grandes
productores y vendedores de insumos.
La parte de la fundamentación donde dice que todos los productores son iguales. ¡El neoliberalismo presente en todos lados! |
Pero si
el proyecto es en sí mismo preocupante, la fundamentación lo es más. Y
se torna absolutamente inadmisible,
desde el punto de vista ideológico, va contra los postulados históricos de los
sectores progresistas, contra el socialismo, que siempre planteó el fortalecimiento
de los pequeños productores como eje central de la política reivindicativa
agraria y los límites a los grandes. ¡Nunca a todos por igual! El proyecto es
una contribución innecesaria a la sojización -fuera de tiempo y forma-, que
ayuda a consolidar, aún más, el modelo de monocultivo inducido, con concentración de tierras y rentas. Ya que
no segmenta, ni diferencia por tamaño de explotación, a los productores que van
a recibir los benéficos impositivos que propone, y los pone a todos en la misma bolsa (algo que
se criticó de la 125), trata iguales a los que son extremadamente desiguales,
poniendo condiciones impositivas benévolas a los grandes productores; esto en
nada ayuda a cambiar la matriz productiva de nuestro país, va en el sentido
exactamente contrario a lo que necesitamos. Necesitamos, de verdad, que los
pequeños productores de todo el país -y cualquiera sea su producción-, accedan en forma diferenciada a las semillas y fitosanitarios
para fortalecer su presencia en la actividad agraria frente a la agricultura
concentrada. Bajando el IVA a todos por igual, no es la mejor forma de
empoderarlos. Este proyecto sólo mejora las perspectivas de los grandes
productores, los pone en mejores
condiciones, merced al poder de lobby de compra que tienen, ya que pueden
comprar por más volumen o importar
directamente, y por lo tanto obtener bajas de precios, lo que le permite expulsar a los chacareros más
chicos o débiles, del uso y tenencia de la tierra. Necesitamos más calidad
impositiva, discriminar positivamente a favor de los pequeños productores, no
ponerlos en la misma bolsa que los
gigantes de la agricultura. La mejora de la competitividad de los chacareros,
solo es factible en el marco de una política pública diferenciada, que
segmente. Las políticas planas, en el sector
agropecuario solo contribuyen a más concentración… Son socialistas, no lo
olviden, ¡reaccionen!
Breve panorama sobre lo que
se pretende legislar
No se puede pretender legislar sin tener en
cuenta, en forma precisa, el universo productivo sobre el que se quiere operar;
la cuantificación lo más estrictamente posible, de lo que se quiere cambiar, es condición básica
para hacer un proyecto serio… Dónde, cómo y
a quiénes se beneficia, o se perjudica, en este caso con la reducción de
IVA, deben fundarse seriamente, hay que dejar el “más o menos” de lado y poner
precisión. El principal segmento de fitosanitarios está dominado por los
herbicidas, con un 64% de la facturación total, de allí el Glifosato, que es banda verde -como casi todos los insumos para la soja-, se lleva todos los premios, seguido
por los insecticidas que representan un 16%, otro insumo básico al modelo, y
después viene los fungicidas, cura semillas y acaricidas. El volumen global del
mercado sin discriminar, sobre el que se va a operar la reducción que pretenden
los señores diputados, es de 2381,16 millones de dólares/año. Todos
datos de las cámaras del sector.
Según el Ministerio de Economía de la Nación,
Argentina tiene 73.000 productores de granos y sólo el 6% explican el 54% de la
producción. O sea que 4380 productores producen 56.700.000 millones de toneladas
de las 105.000.000, aproximada de la última campaña. La concentración en el
mercado de semillas es aún, peor.
El proyecto original, el subrayado es nuestro, son los puntos más críticos del proyecto y la fundamentación. |
Preguntas: a partir de los números descriptos anteriormente:
1) ¿Quiénes
serán los principales beneficiados con la rebaja de IVA? 2) ¿En un mercado
altamente concentrado como este, de semillas y fitosanitarios, que garantía hay
que esos 10 puntos porcentuales lleguen a los productores más pequeños, con
escasa capacidad de negociar precios por la falta de volumen y no queden en los
balances de las transnacionales? 3) Todo sin control de precios, librado a la
buena voluntad de transnacionales, como: Monsanto, Bayer, Dow Agro Sciencie,
que van a incrementar la presión por más ventas y más soja, etc., 4) Ni una
línea sobre cómo van a impedir que la rebaja impositiva se ejecute, y no vaya
directo al precio de venta final, como utilidad adicional, 5) Y en el caso que el
proyecto sea exitoso, se fortalecerá con
un 10,5% adicional a los 4380 mega productores, lo que redundará en más liquidez
y por ende, mayor concentración, 6) ¿Es tiempo para presentar un proyecto de
este tipo? ¿Es la forma de hacerlo, o es un posicionamiento meramente electoral,
para complacer a la derecha agraria?, 7) ¿No sería más lógico que un proyecto
de esta naturaleza lo presente el PRO?
RESPUESTAS
Como lo indica el más elemental sentido común, los únicos que se beneficiarían son los
mega productores, pools de siembra o sea, el 6% que produce el 54% de la producción, y las grandes
compañías
comercializadoras de productos primarios, y los importadores y vendedores de
agroquímicos que los abastecen, todas,
pero todas, integradas
verticalmente. Y los
pequeños productores, como siempre, la verán pasar, por
su nula capacidad de presión en base al escaso volumen de compra que tienen ¿Es esto socialista o neoliberalismo
encubierto? ¿SABÍAN TODOS LOS DIPUTADOS FIMANTES LO QUE FIRMABAN? NOTA: Es este el mejor ejemplo de qué decimos cuando decimos, que hay
neoliberalismo en todas partes. y que
las propuestas agrarias de la oposición política al modelo K -especialmente aquellas que se identifican
como de centroizquierda-, no le reclaman por
más progresismo, por cambiar para que haya menos
concentración y favorecer a los chacareros
o campesinos, ¡NO! Piden más liberalismo, menos impuestos, menos
regulaciones y para todos iguales, son como el canto del tero, gritan por un
lado y ponen los huevos en otro. Hablan en nombres de los pequeños, para favorecer a los grandes.
La fundamentación: peor el remedio que la enfermedad
Debemos
decir, para ser honestos, que la
fundamentación del proyecto ayuda poco a comprender el problema, es confusa y
contradictoria. No hace honor a lo mejor de la tradición parlamentaria socialista.
Pero en parte es comprensible. Tener como maestros a J. B. Justo, a Palacio,
Mario Bravo, José Ingeniero, o Adolfo
Dickman, por citar solo algunos, no debe ser fácil para nadie… pone la vara muy alta. Pero un poco de enjundia y dedicación en el estudio de la cuestión que
se quiere tratar de modificar y las consecuencias que podría traer, no vendría mal para nadie, especialmente para
el/los, que lo propuso/sieron. Cuando un bloque minoritario como el socialista,
con siete u ocho diputados sobre 257, presenta un proyecto, debe poner mucho
énfasis en los fundamentos, pues el proyecto tiene nulas chances de sancionarse
y la fundamentación entonces adquiere un protagonismo decisivo, incluso a veces
más que lo que se supone, se transforma en un vehículo esencial para convencer,
si no se puede sancionar; y permite difundir el mensaje político que se quiere dar
a la ciudadanía, en torno al tema. Por eso llama la atención, la desaprensión, en un punto tan importante como es la
fundamentación del proyecto; independientemente, de la discrepancia que tenemos
con la presentación, una buena argumentación eleva la calidad del debate, para
todos y mejora la democracia.
El proyecto en sí, es contraproducente, pues tiende a consolidar
el modelo de monocultivo inducido y no aporta para nada al cambio de paradigma
productivo. Pero la fundamentación es
tan desacertada como liberal. En una de sus partes más destacadas, que desbordada de neoliberalismo expreso en favor
de las empresas, la propuesta dice: “Sin embargo en el convencimiento de que
los actores, del sector agropecuarios son “todos iguales, tanto para organizar sus inversiones como en su
capacidad de respuestas a las dificultades que con lleva su actividad” cita textual, el subrayado es nuestro.
Seguramente los firmantes no leyeron el libro
del ex diputado socialista, Lisandro Viale, pues si lo hubieran leído no dirían
-o escribirían- semejante barbaridad. Cómo
se puede igualar a un pequeño productor de la Pampa húmeda o de las economías regionales, con un pool de
siembra o con un estanciero. Es tan obvio, tan simple de entender, cómo se
puede decir que son iguales para organizar la inversión Los Grobos que siembra
miles de hectáreas que Juan Chacarero, que siembra 50, 100 o 200 hectáreas. O decir que tienen la misma “capacidad de
respuestas para las dificultades”, uno
que el otro. Es francamente una verdadera canallada. Dicha por un liberal del PRO uno lo puede
entender, pero por Socialistas... ¡Son Socialistas, che! Un poco de sentido
común, y también de pudor y respeto por las ideas.
Tenemos muchas objeciones más a la
fundamentación, como que el gas oíl es uno de los principales costos de
producción, o que según se fundamenta bajando el IVA a los fitosanitarios, eso ayuda a impedir las migraciones rurales y la
concentración de rentas y tierras, cuando es exactamente al revés. Sólo ayuda a
sojizar y da más liquidez a los que
quieren sembrar, lo que queda sin sembrar de soja.
Eso no quiere decir que el país no necesite urgente una reforma tributaria que
ponga énfasis en cobrarle impuestos a los que más tienen y no a todos por igual,
y que haya convergencia tributaria sectorial, para evitar distorsiones que nos
resten competitividad, pero con
diferenciación de tamaño del contribuyente
y progresividad impositiva, que es otra cosa, bien distinta. Si los que
se busca es empoderar a los pequeños productores, no son las rebajas
impositivas para todos por igual, el mejor camino. Son las políticas públicas diferenciadas,
construidas sobre la base del sentido común
productivo, que se construye en el marco del debate político, económico y
parlamentario de la Nación. Diferenciar, diversificar, segmentar, allí debe
estar el acento socialista, eso es progresismo, no en las rebajas planas para
todos por igual. Ahora si se piensa que la mano invisible del mercado lo puede
resolver… estamos al horno.
Salud y cosechas
Pedro Peretti