La edad
Kicillof
La edad de
Kicillof es, para la derecha argentina, tema de debate, y el principal atributo negativo
para ejercer con eficacia,
la función de ministro. Una curiosa teoría que demuestra la escasa imaginación
del neoliberalismo criollo, y su poco apego e interés a revisar la historia
reciente del país. Parece que ellos hubieran arribado a la vida política ayer,
que no tuvieran pasado, ni nada de lo
que hacerse cargo, ni siquiera de cómo dejaron el país que estalló en 2001. Desde
el fondo de la historia, vienen sirviendo a intereses antipopulares, y los
principales ministros -sus ministros-, los pusieron “esos” intereses y “esa”
forma de ver y organizar la sociedad; íconos
proverbiales de la entrega del país; tenían
todos menos de 40 años... y los apoyaron
o nos opusimos, no por la edad, sino por
las política que llevaban adelante. La edad es, hoy, una excusa pueril para
oponerse a políticas públicas inclusivas, de defensa de la soberanía nacional;
siempre encuentran “algo” para oponerse a lo popular.
Axel Kicillof. Ministro de Economía de Argentina. |
Según Macri: “Kicillof es un pibe sin experiencia” (diarioargentino.com); para Héctor Méndez, presidente de la UIA, “…toda la responsabilidad va a caer en un jovencito o en una señora”. (Clarín 24/7/14); “no puede ser más catastrófica la gestión de este chico”, dijo Eduardo Buzzi (Infocampo 28/8/14); y para José L. Espert, representante de los fondos buitres, el Ministro de Economía “es un chiquilín” (Diario Registrado). Como vemos, el coro de querubines de la derecha argentina enfila todo para el mismo lado. Axel Kicillof tiene 42 años, nació el 25 de septiembre de 1971 (no es ningún chiquilín), tiene una sólida formación académica, actuó exitosamente en la estatización de YPF, la creación del plan PROCREAR, PROGRESAR, en la conjura del golpe de mercado de Enero de este año, y lidera con singular éxito la resistencia al intento de saqueo de los fondos buitres, aplica políticas contra cíclicas para defender el empleo, el mercado interno y pone coto a las corporaciones, va al congreso y los pasea regularmente, a todos los liberales anti estatistas, nostálgicos de la década del ‘90. Hasta ahora, se ha mostrado como un gran piloto de tormentas, que piensa en el pueblo y no en las corporaciones. ¡Casi nada ¿no?! Su éxito -o no-, depende en gran medida de la fortaleza política del movimiento nacional y popular, y no de su edad.
Veamos un
poco la edad de otros Ministros de Economía que pusieron “ellos”. Domingo
Felipe Cavallo, a quien ninguno de estos “próceres”, preocupados por la
cuestión generacional, cuestionó por el desastre que hizo, nació en San
Francisco, Córdoba en 1946; tenía 35 años cuando estableció, en 1981, el famoso
seguro de cambio que estatizó la deuda privada de muchos de los que hoy, critican
a Kicillof por su edad; en 1989, con 43
años, fue Ministro de Relaciones Exteriores de Menen y en 1991, Ministro de la
Convertibilidad, con 45 años. Pero sigamos viendo partidas de nacimientos de la
cipayería argentina. Adalbert Krieger
Vasena, viejo cipayo al servicio del capital extranjero, llegó al puesto de Ministro
en 1957, tenía 37 años de edad. Álvaro Alsogaray, menemista y liberal como
Macri y compañía, fue Ministro de Industria a los 43 años. Roberto T Alemán, tenía
38 años cuando llegó al Ministerio de Economía, en 1961. Y José Alfredo Martínez
de Hoz fue Ministro de Economía -por primera vez-, a los 38, en 1963. Miren que equipo notable de vende patrias. Éstos sí que destruyeron al
país de verdad, rifaron el patrimonio público y empobrecieron por décadas a nuestro
pueblo. Todos menores que Kicillof. Y no los combatimos o criticamos por
jóvenes, sino por entreguistas. Son los “jóvenes
viejos”, como los definió Salvador Allende, en la Universidad de Guadalajara, México, en un
célebre discurso a la juventud. Joven o viejo, por sí
solo dice poco, lo que importa son los intereses que se defienden. El problema no es
generacional, sino ideológico.
Para los
liberales vernáculos, pareciera ser que la edad ideal para ser Ministro, es
aquella que tiene quien les concede todo; mientras que la peor edad es la que
tiene quien defiende el interés nacional y les pone límites. Cavallo y
Kicillof, llegaron a ser Ministros a la misma edad, pero con intereses y planes
totalmente distintos, donde la edad es sólo una anécdota. La verdad es cómo se
reparte la riqueza que genera el pueblo argentino. Eso es lo que parte aguas.
Salud y consechas
Pedro Peretti