Introducción a la chacra mixta
y otras
yerbas
“Estoy de acuerdo sólo
en un 50% con lo que plantea Pedro Peretti,
sobre la chacra mixta, con el resto, no; pues el mundo cambió y mucho…”. Estas palabras
eran pronunciadas por un viejo cronista
lugareño que -desde hace varios años- vive sponsoreado por una compañía
vendedora de insumos para soja. Ésta es la respuesta típica, “estoy de
acuerdo, pero…”, “suena sensato, pero…”, “no se puede volver para atrás, al caballo y
al carro, pero… ya nadie quiere vivir en el campo…”. Son todos los peros que
trataremos de desbaratar en este pequeño opúsculo. Es la andana de manual, son repreguntas, a veces honestas, otras con sapos y culebras entre los dientes,
que van invariablemente acompañada por gestos de incredulidad, sorpresa -real o fingida- que
aparecen, cuando uno plantea la mixtura productiva, con rostro humano y
agregación de valor, como alternativa a la sojización... Es en ese instante,
el momento donde uno se siente el rey de los necios, un auténtico bobo que
se pasó 30 años mirando la luna y no se dio cuenta, ni percibió, las
mutaciones que sufrió el mundo. Lo ponen
en el lugar menos deseado, desde donde se
hace muy difícil discutir. Un tonto romántico, que vive descolgado de los
vaivenes de la sociedad, y no se da
cuenta -de puro terco y desinformado, nomás- que el monocultivo inducido, con
concentración de tierras y rentas, es el único camino posible, y que reúne en sí
mismo, toda la sensatez existente, en
materia de sapiencia agropecuaria. Y quienes lo ejecutan son verdaderos
patriotas que se esfuerzan en hacerse millonarios, tremendo sacrificio, pero…¡ojo!, lo hacen por la patria, de puro gaucho nomás.
Nosotros somos las pandillas de indolentes
desagradecidos, que debemos comprenderlos, valorarlos y premiarlos, en vez de criticarlos. Pensemos
que –a fin de cuentas-, todo es por el bien de la nación... ¡andá!
Bueno trataremos
convencer al amigo lector, de la otra parte de la “cosa”; de la cara no visible,
oculta, la que el discurso dominante omite, sin demasiado complejos: la chacra
mixta es factible, posible, además de
deseable, y es ése el camino más corto, para conseguir una
producción con sustentabilidad ambiental, que garantice y combine producción,
equidad, distribución de riquezas e ingresos, con
seguridad alimentaria y ocupación geopolítica del territorio nacional.