Vacas, carne, suelo, precio.
Alfredo Coto, que es parte del problema y no de la solución,
dijo hace un par de semanas -con el
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Alfredo Coto, parte del problema, no dela solución |
presidente Mauricio Macri al lado-, “a mí
me gustaría que hubiera 150 millones de cabeza en vez de 50 millones”. Lo que
no dijo Coto -ni ninguno de los “maestros ciruelas”que recorrieron estos días
los medios, para explicar el aumento del precio del asado, a partir del stock
ganadero-, es por qué si la demanda
estaba suficientemente abastecida- nunca faltó carne, al contrario, tenemos el
consumo per cápita más alto del mundo-; si todos los insumos ganaderos son en pesos;
aumenta la carne con la devaluación del dólar.
Las vaca son “argentinas”, los postes, los alambrados y varillas, el salario de
los peones, el pasto, las vacunas, todo producción nacional, no hacen falta
verdes. Hay novillos suficiente, todo es
nacional, sin necesidad de gastar en divisas; claramente el problema no está en el
stock, está en otro lado. Si hubiera 150
millones de cabezas y estuviesen concentrados e integrados verticalmente la faena y el comercio, como está hoy, sucedería
lo mismo. El problema no está en el stock, ni en los productores, está en los
frigoríficos y los supermercados, ya que
la mayoría de éstos están integrados verticalmente, lo que les genera una posición
dominante en el mercado. Esto les
permite traccionar, hacia arriba el precio de la carne, aún cuando baje en
Liniers, del cual pueden prescindir. El límite
lo fija el mostrador, si la gente compra siguen aumentando. Coto es parte del
problema. El stock ganadero es una excusa para disimular la responsabilidad del supermercadismo y los
frigoríficos, que son monopólicos y allí está la madre del problema.