jueves, 19 de diciembre de 2013

La foto en que Pino se movió… a la derecha

 
Los comentarios huelgan ...sólo falta saber si el acto se abrió con un video  de homenaje a Bernardo Neustand o un discurso de E. Capriles...lo único ausente, seguro: ideas en contra la concentración económica en el agro y a  favor de la chacra mixta.
   Cuando lo ví en la foto del matutino Clarín -que con mucha astucia,  no pone la imagen de la Mesa de Enlace, que estaba dando el  habitual informe escolar , preparado  periódicamente los  consorcios Crea (a quienes, dicho sea de paso…¿alguna vez se le caerá alguna idea creativa, más allá de las descripciones obvias, de fuentes inverificables? ), presentadas  como si fueran  una joya de la Sociología Rural-, no lo podía creer,  no salía de mi asombro. No por ver a todo el neoliberalismo agrario, junto a su brazo político-gremial -algo común en los últimos tiempos-, sino por verlo a Pino allí. El único político argentino no K, que en la última década había fijado agenda, algo que ni el socialismo logró, a pesar de tener gobernación, intendencia y legisladores. Pino lo hizo  con mayúscula, solo,  munido de su innegable talento, y la justica de las causas que defendía, unía pasión, creatividad e inteligencia, en dosis parecidas. Casi  sin partido, puso en discusión,   la última década, fue un fiscal insobornable,  en el flanco izquierdo del gobierno, votó en el parlamento, con sapiencia y autonomía, todo lo bueno que produjo este gobierno, y criticó lo malo -como debe ser-, marcó a fuego  los temas importantes, centrales, les dio relevancia: desde lo ambiental, los ferrocarriles, el petróleo, etc.… Y ahora allí, como un aplicado alumno de lo que siempre crítico. Y pensar que un grupo de amigos nos  fuimos de ese espacio gremial,  por convicciones propia,  pero también, escuchando lo que  él decía. Sentado a la derecha de Macri, con Cobos, Deangelis, Biolcatti, todos  con los cuales no quería ni saludarse, sonriente en primera fila,  me cayó mal…. y lo voy a explicar.



  Cuando la Mesa de Enlace era un instrumento táctico para conducir un conflicto impositivo como fue el de la 125, Buzzi decía que “nos unía el espanto, no el amor”, y allí estábamos, los que creíamos que poner a todos los productores en la misma bolsa, tratar iguales a los que son estructuralmente distintos, no era progresista, ni atacar a las  corporaciones agrarias, sino todo lo contrario, que había que segmentar y no todo el campo era lo mismo, no quería ni tomar un café con nosotros, nos disparaba, tenía miedo “quemarse”. Ahora que la Mesa de Enlace,  dejó de ser esa construcción táctica,  para defenderse de una resolución injusta y mal redactada, y pasó a ser, el instrumento gremial de la derecha política,  que expresa un liberalismo propio del siglo XVII,  notoriamente cooptada por la Sociedad Rural Argentina, se saca fotos, sonríe en primera fila y se le borraron todos los pruritos. ¿ Quién lo entiende?. Todavía recuerdo la cantidad de test y análisis que debí sortear cuando decidimos apoyar la candidatura presidencial de Pino -que después declinó para ir por la Jefatura de Gobierno-, el examen final lo rendí en un plenario de ATE capital, muchos se acordaran y tendrán un sentimiento parecido al mío. Llevé todos mis pergaminos, modestos, pero genuinos, de militante del campo nacional y popular, y casi ni me dejan hablar, por sojero, aliado a la oligarquía. Y la verdad que yo, por el giro que iba tomando la Mesa de Enlace, lo entendí  y preparé mis mejores argumentos,  para explicarle a los cros, como era y vivíamos lo de la  125, que no había que confundir los tiempos y las cosas, y la verdad que las prevenciones y dudas me parecieron justas, llenas de lógicas, por eso me sometí gustoso al debate, y ofrecimos como pruebas irrefutables de nuestra voluntad y opción por lo nacional y popular , en lo agrario, nuestra ruptura con el oficialismo federado, pro Mesa de Enlace,  pero resulta que ahora lo veo a Pino allí, a él, lo más campante,  y sólo me queda pensar…soy un ….… o correr y gritar perdón…… lo dejo a criterio del lector.