lunes, 29 de junio de 2015

REFLEXIONES SOBRE LA POBREZA

  Hay un logro oculto que nadie reconoce al kirchenerismo, y que tampoco éste se lo adjudica.
Broda, Melconian, Espert... Los luchadores contra
la pobreza... ¡Socorro!
Repase las 500 razones que el editor Eduardo “koko” Manoukian, enumera para sentirse orgulloso del gobierno CFK. Tampoco figura. Y no es un logro menor, por más que sea imperceptible a los ojos cuantificadores de aciertos  y desaciertos gubernamentales. Y es que, jamás de los jamases, a quienes se ocuparon o pre-ocuparon les interesó, ni la tuvieron en cuenta, ni la consideraron entre sus desvelos cotidianos, ni repararon en su existencia. De repente,  como por arte de magia…la descubrieron, nos estamos refiriendo a la pobreza. 
Advirtieron su existencia de golpe, claman por los pobres, reparten culpas y anatemas, se ocupan, o hacen como que… Discuten las cifras, si subió o bajó,  se rasgan las vestiduras por los indigentes, como si alguna vez, se hubieran conmovido por su existencia o hubieran sido el  destino final de sus elucubraciones teóricas o acciones políticas. Y ese es un logro, sí señor, un gran logro, el 501. Si no fuera trágico, sería cómico, ver que la mayoría de las caras visibles del desastre de los ‘90, los que las generaron, sus verdaderos padres, se ocupan de ella, con lágrimas de cocodrilo en los ojos. Es parte del país incómodo para los dirigentes que deja CFK, deben discutir cosas que nunca se imaginaron o quisieron  discutir. Como distribuir el ingreso, combatir la pobreza que queda aún sin resolver, los DDHH, pone la vara alta, muy alta, en la discusión y la derecha se incomoda y debe apelar a la demagogia. Que quienes más pobres generaron en el pasado, sean presentados como el cambio y sus ideas recicladas como el auténtico antídoto contra la pobreza, no es más que un cinismo brutal, que muestra de falta de creatividad y renovación del neoliberalismo lugareño. Resulta que, Melconian,  Broda, Stuzzeneger, Mark (Daniel, no Carlos), Artana, Frigerio, Llach, padre e hijo, sean presentados  por la oposición política K, como los paladines intelectuales para combatir la pobreza, que cuantifica la UCA de Puerto Madero; suena a falta de respeto o chiste macabro; es como medicar fumar para combatir el cáncer de pulmón. Y que medidas como el 99% de cobertura previsional, la AUH, los millones de puesto de trabajos creados por el proceso de industrialización, el plan Progresar, el PROCREAR, las 43 leyes de ampliación de derechos obreros, por decir algunas… no hayan hecho ningún impacto en la pobreza. Y sí lo tengan, la devaluación, la eliminación del cepo, la reprivatización de empresas, el libre comercio, la eliminación de todas las retenciones, las desregulaciones estatales, etc. Es sencillamente disparatado,  sin ningún fundamento científico, ni anclaje en la realidad. Esas ideas que nos llevaron al desastre, no pueden ser -ni lo fueron, ni lo serán-, la vacuna mágica que va a eliminar la pobreza en Argentina... Es sencillamente  increíble, la derecha nos toma por bobos. Si la preocupación por los números de la pobreza, se traduce en cuantificar lo que necesitamos para erradicarla… bienvenida la discusión;  ahora a juzgar por las medidas descriptas, pareciera que la miden para ver cómo hacen para que haya más pobres, no menos.
   Medir la pobreza, cuantificarla con seriedad, no como parte de la disputa política menuda, es un insumo vital para combatirla. Así sabremos,  cuanta más riqueza debemos generar, cuanta más inversión pública y privada, cuanta más agua potable, cloacas, casas y hospitales necesitamos para que no haya pobres. Son datos esenciales, insoslayables,  si son realizados con rigor científico y despojado de toda distorsión política. Las estadísticas son una guía básica para conocer cuánto nos falta y dónde estamos parados, nos permite cuantificar el problema y si hay voluntad, actuar en consecuencia. Las encuestas por sí solas son como la minifalda, muestran casi todo pero ocultan lo principal. Y lo principal es la  decisión política, no hay pobreza que se reduzca, haciendo encuesta o describiendo la realidad,  sin afectar intereses. Y no hay ningún número de pobres que sea razonable; como dijo Sartre, “lo que se le hace a un hombre, se le hace a todos los hombres”.Tanto Kicillof, como la Presidenta, han manifestado que aún falta mucho, pero éste es el camino, éste es el modelo, sin duda. Cambiarlo por Cambiemos, es cambiar,  para que haya más pobre no menos.

Salud y Cosechas
Pedro Peretti